Conectar con la realidad o evadirla, esa es la cuestión 🤔
¿Cuánto tiempo pasamos disociando? ¿Cuántas propuestas hay para evadirnos de la realidad y nuestras responsabilidades? ¿Y cuántas para conectar con lo que pasa y nos pasa? 🧐
Hey, ¿Cómo estás? ¿Cómo estuviste estos días? Siento que pasaron meses desde el último Newsletter sobre el apagón, pero sólo pasaron 20 días.
Esta semana no tengo ninguna reflexión sobre ecoansiedad para compartir. Y no es porque no haya pasado nada relacionado (de hecho escribí esta nota sobre la inundación en Bahía Blanca que se publicó en Ámbito Financiero).
Pero te confieso que cuando vi videos sobre inundaciones en otras provincias… me abrumó y sentí que no podía verlo otra vez, necesité mirar para otro lado un rato.1
Lavar los platos y pensar (o no)
Hace unos días, mientras lavaba los platos, puse de fondo un canal de YouTube sobre chimentos que conocí hace poco que, para qué mentir, me enganchó.
Nunca me interesaron los chimentos. En realidad, tampoco diría que ahora “me interesan”, pero sí me divierte verla a Bel Bozzolo comentando lo que pasó.
Me entretiene.
Ese día justo era especial ¡El canal llegó a 50.000 suscriptores y ella estaba súper emocionada por ese hito! Después de tres años de trabajo y constancia ¡No es para menos! *aplausos* (Yo solo puedo fantasear con hacer videos para YouTube. Es muchísimo trabajo que, con mis dis-funciones ejecutivas, no podría hacer sola).
Todos sabemos que YouTube paga a los creadores por vistas y suscriptores (a diferencia de Instagram), así que tener más suscriptores significa que a ella le está yendo mejor económicamente, y me alegré genuinamente por ella, aunque la sigo desde hace menos de dos meses.
Pero claro, como esos ingresos son variables, y sostener videos diarios es mucho trabajo, también es razonable que los creadores pidan a su comunidad un apoyo más estable. Es lo que se llama creators economy (la audiencia sostiene económicamente al creador). Así qué ella se animó a pedirles que, quienes quieran y puedan, colaboren con AR$2000 (unos US$2) por mes a cambio de un video semanal exclusivo para aportantes ¡Y ya son más de 650 personas las que aportan mensualmente. Es una buena base—más de un millón y pico de pesos—y sigue creciendo!
La ley de la oferta y demanda (muy de moda)
Me alegré mucho por ella, pero (cómo no) también me puse a reflexionar.
Siempre intensa, nunca *in-intensa*. Quiero distraerme y termino analizando. Sí.
Como colega generadora de contenido, no puedo dejar de ver similitudes y contrastes.
¿Por qué a las creadoras de contenido ambiental, reflexivo, social, no nos está “yendo bien”? ¿Y por qué al contenido de chimentos le va tan bien?
¿Es un problema de la oferta o de la demanda?
Obvio que hay mucho que podríamos mejorar en nuestros contenidos y en cómo los gestionamos. Hago mi autocrítica eh.
Pero siento que la clave está clara y fue explícita desde el primer momento en la letra del tema de apertura -temazo- del canal:
“Tengo todo lo que necesitas pa’ aliviar tus males (…)
voy a darlo todo para ayudar a disociarte”
Clarito. Y tal vez fue casualidad que esta misma semana la actriz Juli Coria sacó un sketch excelente que decía:
“No quiero ver mi realidad. Necesito evadirme… Wanda, Wanda, Wanda.”
Incluso hay un patrón curioso que me llama mucho la atención, porque se repite como un meme en los comentarios de este tipo de contenidos:
Cuanto más creativa la forma de decirlo, parece que es mejor (?). No sé cuánto hay de chiste y cuánto de verdad. Pero siempre me llama la atención ese regocijo consciente de estar evadiéndose de la realidad. Para ser evasión está muy racionalizada. Curioso, algún psicólogo podrá analizarlo más.
¿Yo? Geña del marketing (not)
La gente busca evadirse. Ya sé que no estoy descubriendo nada nuevo. Solo me cayó toda junta la evidencia lógica de que, en este contexto tan incierto y tan ansiógeno, las propuestas evasivas tienen más éxito que las que invitan a conectar con la realidad.
La gente busca evadirse. Y yo vengo a ofrecer lo contrario.
Geña del marketing🙃
Hablo todos los días con gente del ecosistema sustentable y coincidimos en que está difícil (para todos los sectores quizás, y un poco más para nosotros que siempre vamos nadando contra la corriente). También nos consuela saber que en el resto del mundo todavía se mueve. Sea como sea, nosotros no vamos a bajar los brazos. Lo hacemos por convencimiento y no por moda. Y porque no vemos otra alternativa.
Pero después hablo con personas fuera del nicho sustentable. Les comento mi preocupación y muchos me dicen que debería “darle al sistema lo que pide”.
Entonces… ¿Debería ponerme a comentar las idas y vueltas del triángulo amoroso de Wanda?
Pues, como diría la mismísima Bel:
“De ninguna manera.”
No estoy dispuesta a guardar mis convicciones ni abandonar la causa.
Sé que no hago el contenido más popular. Y que probablemente nunca lo sea.
Pero no empecé esto por popularidad.
Quizás somos pocos en comparación, pero sé que somos varios los que no queremos evadirnos *tanto* de la realidad. Y aunque a veces sí queramos disociar, cuando pasa lo que pasa, no podemos evitar sentir algo. No es una cuestión racional: lo estamos sintiendo.
Sabemos que no vamos a cambiar el mundo solos. Que nada de lo que hacemos, por sí solo, hace LA diferencia. Aceptamos que no vamos a poder hacerlo perfecto, y muchas veces ni siquiera podemos hacerlo imperfecto. Pero cuando podemos… lo hacemos.
Muchas veces, en el medio de tanta disociación y Wandagate, nos sentimos muy solos. Nos hacen sentir como unos locos por conectar con lo que está pasando, en vez de indagar en la vida íntima aparente de personas que ni conocemos.
Y si nos ponemos a pensar ¿Quién está realmente loco en este escenario?

El mercado se regula solo
No sé si esta frase existió siempre o si es algo de los últimos años, con el auge de los negocios digitales, pero hay una que dice: “hay mercado para todo”.
Y por lo visto… algo de cierto hay.
Todo el tiempo conozco nuevos productos, servicios y modelos de negocio que jamás se me habrían ocurrido como viables o populares—vivir de comentar los comentarios de los chismes de los famosos, por ejemplo—y sin embargo ahí están, funcionando, con miles de seguidores.
Y ojo, esto no es un rant contra el entretenimiento.
¡Necesitamos distraernos, relajarnos, distender! Como se dice “oxigenar la cabeza, poner el cerebro en remojo”. ¡Pero no todo el tiempo! Después podríamos debatir sobre el tipo o la calidad del entretenimiento, o hasta dónde es arte y hasta dónde es producto... pero no es el punto ahora.
Lo que sí me pregunto es:
¿Por qué no podría haber mercado para una propuesta diferente?
Una que en vez de invitar a disociar, invite a conectar.
Porque contenido para disociar hay por todos lados. De hecho, ya no podemos escaparnos. Antes teníamos algo más de control sobre nuestro feed y podíamos elegir a quién seguir y a quién no (y no ver ese contenido), pero desde que llegó la lógica del “Para ti” de TikTok, es el algoritmo el que decide por nosotros qué queremos ver, aunque no querramos.
Así que terminamos atrapados consumiendo cosas que no nos interesan, pero que nos generan curiosidad. Cosas que no nos suman, pero por algún motivo... no dejamos de verlo.
El precio de un café por mes
Debe existir, yo creo que sí hay ahí afuera gente que ve lo que está pasando en el mundo, y quiere compartir lo que siente y conectar con otras personas.
Un espacio donde encontrar algo de contención y sustancia real en medio de este contexto distópico. Y contenido más profundo sin algoritmos, no el video que te explica “express” en 90 segundos. Estos temas no se pueden condensar así.
Así que yo voy a lanzarme al vacío. Y voy a confiar.
Confiar en que si hay tanto mercado para disociar, debe haber un puñado de personas que quieren conectar, que les gusta mi visión, y confían en lo que tengo para ofrecer y en la comunidad que podemos construir.
Confiar en que hay un grupo, aunque sea pequeño, que sí está dispuesto a pagar el precio de un café por mes para conectar con más profundidad, con contenidos y con personas ¿Y cuál es el valor de eso?
¿Estás vos dentro de ese puñado? 👀
El “Club de activistas imperfectos”
Hace ya 5 años que tengo la idea de armar algo para compensar a quienes incondicionalmente se coparon en apoyarme todos los meses con unos pesos. Y me da vergüenza que todo este tiempo no les ofrecí nada especial a cambio, a nadie.
Pero ahora todo está tomando forma y ya junté el valor para hacer lo que tenía en mente desde 2020. Quizás ya escuchaste hablar del “Club de ambientalistas imperfectos”, es una comunidad más íntima, más profunda, menos algorítmica ¡Y ya es una realidad!
El “Club” se llama Tandem y podés sumarte acá
Si te interpela la propuesta de tener un espacio de conexión y contención con lo que está pasando, y con otras personas que viven y sienten parecido...
Si querés aprender sobre ambiente, sustentabilidad y regeneración de forma profunda y no con reels de 90 segundos...
Y conectar en otro contexto que no sea el de las redes sociales, en un entorno de menos distracción...
¡Hacé clic en el botoncito y súmate!
Este es mi nuevo experimento y me entusiasma un montón lo que se viene. Porque mientras no tenga un mecenas que financie mi vida para ser activista, educadora y divulgadora, voy a tener que encontrar la manera de que lo que hago también genere ingresos 😛 Sino, como dice la frase: si no genera ingresos, es un hobby.
Espero que esto resuene con vos, y si te interesa la propuesta y está en tus posibilidades2... ¡Te espero en Tándem!
Este no es un lanzamiento oficial, pero ya va a llegar ese mail.
Con cariño,
Daf
En mi libro dediqué una parte a la importancia de cuidarnos y no quemarnos, te copio un fragmento: “…si vas a embarcarte en esta apasionante aventura del activismo ambiental, te dejo un consejo, como los tutoriales de emergencia en los aviones: antes de ponerle la máscara de oxígeno al niño, ponetela vos. Sino terminamos desmayados los dos. Con el activismo pasa algo muy parecido: cuidar la Tierra no es fácil, es incómodo, no es rápido ni es instantáneamente gratificante; estar en contacto con estas noticias y esta información es frustrante, agobiante y nos puede angustiar y poner de mal humor. Naturalmente le escapamos a esos sentimientos, y por eso hay tanta negación. Por eso es importante cuidarnos y tener en cuenta que, como dice Mariana Matija: “la sostenibilidad es para gente valiente”. Siempre tené presente tu salud mental, y cuidate.
La lucha no se termina mañana ni pasado (no importa cuándo leas esto). Esto no es una carrera de velocidad de 60 metros. Las grandes transformaciones nunca descansan y para quienes se proponen hacer el cambio, la lucha en sí es todos los días, no hay calendario, ni feriados. Pero tampoco nos olvidemos que somos humanos, no podemos quemarnos avanzando con mucha intensidad al principio, a un ritmo que nos resulte insostenible en el largo plazo; quizás es mejor avanzar más lento, pero seguro, generar resistencia y sobre todo cuidarnos. Si la eco-ansiedad te alcanza, quizás sea necesario frenar un poco, y auto-preservarnos. Evitar consumir, por un rato, noticias o información que nos puede preocupar o alterar, buscar otras actividades, refugiarte en el contacto con la naturaleza. Frenar a veces ayuda a avanzar.”
Sí, necesito sostenerme económicamente, pero también realmente me interesa generar una comunidad sana, así que si te gustaría mucho ser parte de Tandem y no podes pagarlo completo, escribime sin vergüenza a tandem@lalocadeltaper.com.ar me contas un poco y te comparto un código de descuento. 😉