2024: ¿La sustentabilidad ya fue?
La "batalla cultural" y el avance de la derecha en el mundo ¿ponen en riesgo lo que logramos hasta ahora? ¿Cómo llegamos a esto?
¡Hola!
¿Cómo te agarra este fin de año? Siento que en estas fechas nos llega la introspección queramos o no ¿A vos te pasa también o podés evadir el momento de balances? Este me agarra un poco bajón, te soy sincera. Se terminó el año y este va a ser el 3er envío que hago. 🙈 O sea, todo mal con mi constancia en este canal. Tanto que hablo de abrazar lo imperfecto, pero es el perfeccionismo lo que me frena de hacer más cosas. Oh, the irony.
Pero bueno, voy a ejercitar un poco la autocompasión, dejarlo pasar y mandar este último mail del año, para que al menos sean 3 y no sólo 2. Me comprometo a que el 2025 va a ser mejor en este sentido. Eso sí, voy a tener que encontrarle la vuelta a que los próximos no me lleven 8hs y que leerlos no lleve +10 minutos. Este sale así, largo. Es una reflexión y va un mini balance personal al final. Ojalá te guste, te sirva o te inspire.
🎶Si tenés ganas de musicalizar la lectura, me gusta esta versión de It’s not easy being green de Gabriela Beltramino (y todo su disco).
¿La sustentabilidad ya fue?
Este año fue difícil. Para todos, lo sé. Dentro de todo agradezco mis privilegios, pero además de lo económico, me refiero a que el retroceso a nivel político/ideológico nos pegó fuerte y no solo en Argentina.
No voy a hacer un balance ambiental del 2024 en términos políticos, porque Eli Mohle ya hizo un muy buen análisis en su última edición de newsletter, “Negacionistas al poder: la agenda ambiental en la era de Trump y Milei”. Si querés un resumen, lo recomiendo.
Pero a mí me queda una pregunta dando vueltas: ¿Cómo fue que en 2019 todos parecían convencidos de que íbamos en la dirección correcta y ahora estamos como estamos? No entiendo cómo llegamos a este punto, y lo peor es que no es algo que solo pase acá en Argentina. Está ocurriendo lo mismo en varios países de Europa, en Estados Unidos, en Canadá… Y no sé si me alivia o me preocupa más saber que no es un fenómeno aislado.
En este humilde texto comparto un poco las ideas que fui recolectando y me ayudan un poco a entender qué pasó y qué aprendizaje podríamos sacar. No tengo ni pretendo tener LA respuesta, y dudaría de cualquiera que diga que la suya es LA forma correcta de verlo, pero quizás alguna de estas ideas te ayude. Y si ya tenés algo pensado al respecto, ¡me encantaría leer tu visión!
Polarización, intransigencia y (falta de) autocrítica
“O pensamos igual en todo, o sos mi enemigo”.
La polarización representa el clima de época definitivo. Y no solo de bandos políticos: es cultural y es global. Se extreman las posturas y no hay tolerancia a la mínima disidencia (ni siquiera dentro de un mismo movimiento). Es un nivel de tensión que anula cualquier diálogo. Blanco o negro, no hay grises ni matices. No se admite válido ningún argumento del oponente aunque lo sea, ni aunque sea una evidencia científica.
Esta crítica le cabe a la ultra-derecha, pero de la misma forma cabe a la izquierda. Cuando dicen por ahí que a la izquierda le falta autocrítica y por eso perdió la pulseada, hay quienes se molestan por la mera sugerencia de que pueda haber una crítica ¡Eso también es polarización! “Nosotros somos perfectos, los otros son todo lo que está mal”. Vamos, es sano un poco de reflexión y autoevaluación también. (Y ojo, no hablo de “la izquierda Argentina” ni de un partido en particular, es global).
¿Al ambientalismo también le cabe una autocrítica?
Aunque en este contexto polarizado el rechazo a lo ambiental viene en combo con toda la agenda progresista, yo creo que no estaría mal cuestionar qué podría ser que haya salido mal en los últimos años.
(Es raro hablar en primera persona del plural porque no existe un “nosotros” del “ambientalismo”, como no hay UN “feminismo”. Hay muchos “ambientalismos” y aunque nos parecemos en muchos valores, tenemos diferencias. Y yo no represento formalmente a ninguno, así que no hablo en nombre de nadie más que de mi, y desde mi perspectiva.)
Personalmente siempre intento evitar los extremos, es incomodo porque me pegan de un lado y del otro. Visto desde el extremo, el centro siempre es el otro extremo, y la tibieza está mal vista (queda demostrado en las elecciones). Pero para mi la intransigencia sólo alimenta la polarización. Cuando no podemos ni sentarnos a conversar con quienes no piensan como nosotros, no hay puntos medios y el imperativo es todo o nada, es razonable que la reacción del otro lado va a ser igual de extrema e intransigente, pero en nuestra contra.
El ‘Greenlash’: ¿reacción inevitable?
Esta es una de las palabras del año 2024 para el Financial Times. Greenlash es una combinación de green + backlash, que es una fuerte reacción contra algo, una idea o un cambio cultural. Combinado con green, greenlash sería la reacción adversa ante la propuesta de políticas ambientales. En criollo, cuando “Sale el tiro por la culata”. Exactamente lo que estamos viviendo.

Si nos preguntan a varios ambientalistas, lo que se logró en cuanto a medidas y regulaciones ambientales, es poco. No obstante, hay que reconocer que el tema se puso en agenda y muchos consideran que fue y es demasiado. Ahora, la derecha contraataca.
Hace poco vi la serie que hizo Fonseca, un Youtuber español que analiza historia y geopolítica. Son 5 videos bastante desarrollados donde habla de “La guerra cultural” y explica su visión de lo que pasó con el ascenso de las ultra-derechas a nivel global, y la caída de las ideas progresistas. Te dejo el link a la playlist. No habla sólo de lo ambiental, en total son como 3hs, je, por eso no lo puedo resumir, pero si podes ver sólo uno, mirá este.
(Paréntesis)
‼️Advierto que tiene un humor un poco ácido y que lo comparta no significa que coincida absolutamente en todo. De hecho, no. Pero curiosamente, una vez compartí un video suyo en Instagram y recibí algún comentario diciendo “Ojo que él dijo tal cosa sobre tal tema” (contrario a nuestras creencias). Me pregunto ¿Consumimos sólo información de quienes dicen exactamente lo mismo que opinamos nosotros? Si no estamos expuestos ni un poco a opiniones diferentes a las nuestras, entonces estamos en una “cámara eco” y sí, adivinaste, es otra cosa que sólo fomenta la polarización. Prefiero -intentar- evitarlo.
((Paréntesis del paréntesis))
Hace poco, cuando falleció Beatriz Sarlo y todos compartían sus mails, Nico Guthman en TUGO (amo y recomiendo) rescató esta frase:
“Una persona inteligente es alguien que contemple siempre la capacidad de contradecir sus propias convicciones, es decir, que ponga en cuestión la seguridad con que afirma, o ponga en cuestión la seguridad con que niega. La inteligencia sería, para mí, la capacidad de pensar, en contra de lo que uno está pensando.”
Beatriz Sarlo
Me gustó la frase porque es un poco lo que intento al exponerme también a quienes no coinciden con mis opiniones ni valores. Recomiendo a Fonseca porque me parece interesante todo el análisis que hace, y a mi me suma tener ese punto de vista, que no es simplista, y que empieza a desmenuzar y separar cosas que hoy están todas mezcladas y confundidas.
Por ejemplo, esto de la cultura “woke” o el “Wokeismo”. Veamos.
WOKEISM
La derecha desde siempre usó “woke” como un sinónimo de izquierda para criticar toda postura, pero es curioso cómo en el último tiempo empezaron a surgir algunas críticas a lo “woke” desde la misma izquierda.
“La derecha usa “woke” como insulto para desacreditar a cualquiera que luche contra el racismo, el sexismo o la homofobia. Es peligroso, porque esos males aún no se han combatido. Pero la forma en que los “woke” los combaten a menudo conduce a un rechazo absoluto. También hace que muchos en la izquierda se sientan alienados porque no están de acuerdo con todas sus demandas” plantea la filósofa estadounidense Susan Neiman, que este año escribió un libro titulado precisamente: Left is not Woke (“La izquierda no es Woke”).
En la misma línea, el filósofo Pau Luque Sanchez sugiere que el problema de la izquierda fue presentar estas ideas como verdades morales indiscutibles, en lugar de darles un enfoque más político y pragmático. Esta “moralina” alejó a las clases trabajadoras, que percibieron que sus problemas concretos no están siendo atendidos. Su propuesta es mantener los ideales, pero hacerlo con mayor sensibilidad y con una disposición a dialogar más que a adoctrinar.
Personalmente, tengo que admitir que 2024 fue el año en el que incluso yo me decepcioné con figuras como Greta, porque no sentí que tenga la mirada crítica que esperaba, por ejemplo en el conflicto en Medio Oriente, tema sobre el que compró 100% la postura “woke” extrema, ignorando un montón de cosas. Puedo ver porque para quienes no están metidos en el tema climático, sus formas incluso podrían llegar a ser contraproducentes.
¿Cualquier publicidad es buena publicidad?
Es una postura bastante más popular de lo que creemos: “No me importa qué digan, lo importante es que hablen de mi tema”.
Quizás, supongo, es también lo que sostienen los activistas que fueron a tirarle pintura a las obras de arte o a la casa de Messi. Disrupción semejante mueve el avispero definitivamente, pone el tema en agenda y sí se habla de eso ¿Pero a qué costó? ¿Es efectivo para lograr cambios concretos? No sé ¿Vos tenés una opinión sobre eso?
Hay quienes creen que sí que sí, que criticar esto no tiene sentido porque igual estas acciones no buscaban la reacción de la opinión pública sino que querían apuntar directamente a los tomadores de decisión, y que es un método para además, dejar mejor parados a los activismos más moderados. Esta nota dice incluso que así lograron las declaraciones de emergencia climáticas. Y otros dicen que deberían ser todavía más radicales.
¿Qué viene primero? ¿La opinión pública que reacciona en contra o la derecha ganando las elecciones e influenciando la opinión pública?
Este estudio del Banco Mundial analiza la voluntad de la gente para pagar impuestos más altos como política climática, y encuentran que bajó considerablemente desde 2016. La explicación más probable está vinculada a la creciente politización de la agenda del cambio climático en la región, y el ascenso de los populismos de derecha.
Otras hipótesis dicen que hay una “fatiga” con el tema climático, como que aburrió “ya fue”, y que tiene un problema de imagen. Obviamente, también es un tema económico. No ayuda a ganar aliados hablar de decrecimiento en un contexto de guerras, recesión global y post-pandemia en un mundo adicto al crecimiento, ni sumar impuestos al carbono cuando las personas están batallando con la diaria, y no llegan a fin de mes. Es difícil pagar para evitar un futuro que es difícil de concebir.
No importa cómo, hay que seguir
¿Encontramos la causa entonces? No me queda del todo claro, pero la verdad, no importa la razón, lo importante en realidad es qué vamos a hacer a partir de ahora. Tenemos que tomar carrera y recuperar lo que retrocedimos. No digo que sea fácil, pero el punto es buscar cómo rearmarnos y desde dónde activar. Resistir. Literalmente.
Hay una frase de Jane Goodall que me gustó mucho:
“Defender el medio ambiente con rabia es contraproducente.
Hay que encontrar la historia que toque el corazón de quien todavía no está convencido”.
Jane Goodall
Una investigación sugiere que las emociones positivas, como la esperanza, pueden ser más efectivas que el miedo para motivar la acción climática.
No la tenemos fácil, o mejor dicho, ahora es incluso más difícil, pero no nos podemos dar el lujo de bajar los brazos. Si tomamos estas “autocríticas” sobre lo que quizás jugó en contra, podemos tomar ciertos aprendizajes para desarticular la polarización y buscar alternativas. Algunas ideas son:
Desde lo político: Construir coaliciones amplias que integren a diversos sectores de la sociedad.
Desde la comunicación: Comunicar para que resuene con un espectro más amplio de ideologías políticas y que atraigan a todos los sectores.
Desde mi perspectiva necesitamos habitar ese espacio vacío del centro, habilitar el diálogo, encontrar los puntos en común en vez de centrarnos en las diferencias.
Es más difícil que nunca, porque están todos cómodos en los extremos, pero practiquemos hablar con quienes coincidimos un poco, pero que no piensan totalmente como nosotros y empecemos a habitar este espacio incómodo pero con algo más de tolerancia.
2024 fue el año más caliente de la historia.

Sí, hay que hacer sonar la alarma. pero sin ahuyentar el apoyo, y destacar los beneficios de lo ecológico sin dejar de ser realistas.
No nos olvidemos que todo está muy atravesado por las emociones, incluso el negacionismo suele ser una respuesta emocional, un “no quiero lidiar con esto, lo ignoro”, que después se vuelve bandera política. Puede ser incluso una estrategia de supervivencia frente a la evidencia del colapso, reconocemos y rechazamos la emergencia climática al mismo tiempo.
Por nuestro lado, lo más recomendable para abordar la ansiedad climática que podemos sentir, es enfocarnos en acciones concretas y en la colaboración comunitaria.
Y entiendo que en general la lucha climática puede parecer a veces desesperada, en gran parte porque nos sentimos impotentes ante las decisiones de los gobiernos y grandes corporaciones. Pero aunque insistan con subestimarlo lo que se compra (o, más importante aún, lo que no se compra) puede ayudar a evitar la contaminación y las montañas de residuos generadas por el consumismo.
Un breve balance de mi 2024
Este newsletter salió un poquito más largo de lo que imaginaba, pero es mi forma de hacer catarsis también. Je.
Aunque 2024 no haya sido un año fácil, no lo voy a olvidar nunca porque fue el año en el que ¡di mi primera charla TEDx en Rosario! Y también crucé el charquito para ir a hablar en Sustainable Brands Montevideo.
¿Viste Franco Colapinto? ¡Tuvo mi libro en sus manos! Whaat!? Además de ser adorable le interesa la ecología, todo bien hace!
Y hablando de mi libro, después de muchos días de grabación ¡Este año salió el audiolibro de mi libro! narrado por mi. Podes conseguir 1h gratis y un capítulo de muestra.
Otro highlight del año fue la Masterclass de Huella de Carbono que hice con Ari Schnitman, quedó grabada y acá podes bajar el apunte gratuito. Sirve de preview de algo que quiero profundizar en 2025. Stay tuned.
Estoy muy agradecida de todos los que me convocaron este año para las capacitaciones internas, o participar en eventos o campañas.
Algunas quedaron grabadas y pueden verse online como:
La Entrevista Interfaces de la Universidad de Palermo.
El panel sobre Desplastificación en el evento de Facultad de Económicas, UBA.
También salió el podcast y el video de la serie Generación Sustentable de La Segunda.
Y hablamos de Finanzas Sostenibles en el streaming de Banco Provincia, y un poco de todo en este streaming.
Aunque fue difícil, cierro el 2024 agradecida y con fe y esperanza de que 2025 va a traer buenas cosas. Ojalá podamos hacer algo juntos 🤩
¡Gracias por estar del otro lado!
🥂 ¡Muy feliz año nuevo!
Daf